Obamacare: Un aviso de alerta para el pueblo americano
La decisión de la Corte Suprema de ratificar Obamacare en su totalidad refleja una trágica malinterpretación de la Constitución que nos podría costar no sólo económicamente sino también en términos de libertad. La parte buena de la sentencia es que la Corte reconoció que existen límites a lo que el Congreso puede hacer según la Cláusula de Comercio. Pero esto es lo único positivo de una mala noticia. Por tanto, la Corte fundamentalmente malinterpreta Obamacare, retorciendo el argumento para encontrar a otra autoridad –en el poder de poner impuestos— para que el Congreso promulgue la ley.
Los efectos de la decisión se sentirán mucho más allá de Obamacare. Al permitir que el gobierno requiera a los americanos que compren un producto o servicio según ordene el gobierno federal, la Corte ha dañado gravemente el principio del gobierno limitado. La decisión anunciada hoy abre las puertas a incluso más dictados por parte de Washington para las generaciones venideras. De hecho, cualquiera que tenga alguna duda sobre esto sólo tiene que leer la sugerencia por parte de la Corte de que el Congreso podría obligar a los americanos a que compren ventanas energéticamente eficientes o a pagar un impuesto determinado.
Afortunadamente, los americanos siempre han luchado por la libertad y no se rendirán ahora. Debemos volver a la tarea que tenemos entre manos y trabajar por la total derogación de esta ley. Básicamente, la Corte Suprema ha devuelto esta decisión al Congreso y al pueblo, que es donde reside el poder político.
El pueblo americano ha hablado: no respalda Obamacare y teme sus consecuencias cada día más. Precisamente este mes, una nueva encuesta llevada a cabo por el New York Times y CBS News mostraba que más de dos tercios de los americanos quería ver como la Corte Suprema anulaba Obamacare por completo o en parte y sólo el 24% mantendría en pie la ley.
Afortunadamente, el deber de defender la Constitución no se ha otorgado solamente a la Corte Suprema, sino que es compartido por el Congreso y por el presidente. Ahora es el turno del Congreso para hacer lo que es correcto por razones tanto constitucionales como de normativa: derogar Obamacare.
El pueblo americano sabe que este año marcará un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos. Tenemos una gran decisión que tomar entre, por un lado, un gobierno constitucional y limitado y por el otro, el Leviatán en la forma de un gobierno gigantesco.
Esta ley se olvida de las familias americanas: sube las primas y los impuestos, eleva el gasto y la deuda, socava la relación entre el médico y el paciente, pone trabas a la libertad religiosa y amplía el papel del gobierno en nuestras vidas diarias.
Es hora de la total derogación de Obamacare.
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El plan energético de Obama: El mismo eslógan, versión diferente
Tanto a los republicanos como a los
demócratas les encanta el lema de “todas las opciones posibles”, puesto
que pueden hacer que signifique prácticamente lo que quieran. Los
demócratas lo usan para respaldar proyectos clientelistas en sus
distritos. Y los republicanos hacen lo mismo. Demasiado a menudo, los
políticos usan este popular lema cuando discuten sobre la política de
energía y demasiado a menudo, lo usan para indicar subsidios
generalizados. El gobierno federal necesita eliminar los subsidios y las
pesadas regulaciones para todas las fuentes y tecnologías energéticas y
permitir que el mercado actúe como debe. La realidad es que tenemos una
variedad de recursos energéticos nacionales (energía nuclear, petróleo,
carbón, gas natural, energía eólica, solar, hidroeléctrica y
biocombustibles). El mercado energético puede ser diverso y competitivo
sin la interferencia del gobierno. Si estas fuentes de energía no se
pueden mantener por sí solas, entonces no están preparadas para ser
parte de nuestro combinado energético.
Por desgracia, el presidente Obama está manteniendo el statu quo
de la definición de “todas las opciones posibles” como sinónimo de
subsidios. Obama dice que respalda una política de energía en la que
todas las fuentes tengan un trozo de la tarta, pero sus normativas y su
retórica dejan claro que él quiere que las porciones para las renovables
sean más grandes y las de los combustibles fósiles más pequeñas.
Por ejemplo, la idea del presidente Obama de incluir el carbón en
“todas las opciones posibles” es para desquiciar a la industria de la
producción de carbón, mientras simultáneamente está subsidiando a un
puñado de plantas energéticas para la captura y almacenamiento de
carbono (CCS). En marzo, la Agencia de Protección de Estados Unidos
(EPA) propuso nuevos estándares de desempeño en origen para las
emisiones de dióxido de carbono que apuntan directamente al carbón; las
plantas de gas natural ya cumplen con ese estándar.En la actualidad, la CCS es una quimera económica e incluso el objetivo del presidente Obama de subsidiar la CCS para hacerla comercialmente viable en una década es más que ambicioso. Ese plan sólo dará como resultado más dólares del contribuyente despilfarrados en un intento por comercializar una tecnología innecesaria que no proporcionará cambios apreciables en la temperatura de la tierra. La regla del CO2 es sólo una de la multitud de regulaciones administrativas (la tecnología de control de utilidad máxima alcanzable o Utility MACT, las cenizas del carbón, la zona de protección de cursos de agua o la polución atmosférica interestatal, por nombrar algunas) que están obligando a las centrales existentes a cerrar prematuramente, prohibiendo la construcción de nuevas centrales y haciendo más difícil la minería del carbón. Las normativas de Obama también van a subir los costos de la energía para las empresas y los hogares americanos.
Esto mismo es válido para el supuesto respaldo del presidente a la producción de petróleo. El presidente Obama, de manera coherente, da promoción al hecho de que la producción nacional de petróleo es la mayor en ocho años. Aunque este es un desarrollo positivo para Estados Unidos, la producción no se ha incrementado como resultado de las normativas del presidente, más bien lo ha hecho a pesar de ellas. Si Obama estuviese sinceramente interesado en aumentar la producción de petróleo, su administración habría aprobado el oleoducto Keystone XL, habría abierto a la exploración áreas tanto en tierra como en el mar, habría emitido a tiempo permisos de perforación y ventas de arriendos usufructuarios de perforaciones y habría requerido un oportuno proceso de revisión medioambiental. Tampoco habría pedido a las compañías petroleras que paguen su “parte equitativa” al eliminar lo que él llama vacíos legales y subsidios especiales para las compañías petroleras y de gas. El hecho es que no son específicas para la industria del petróleo y del gas, sino que están generalmente disponibles para el sector manufacturero en su más amplio sentido.
El presidente Obama, a la vez que quiere reducir el uso de los combustibles fósiles, quiere usar los subsidios y los mandatos para aumentar la proporción de energías renovables. El presidente continúa presionando para incrementar los subsidios a las energías renovables a pesar del hecho de que subsidiar tecnologías poco rentables es un derroche y una pérdida económica. Por no mencionar que fomenta el capitalismo clientelista y la dependencia del gobierno. En sus últimos dos discursos del estado de la Unión pidió un mandato para un estándar de energías limpias (CES) que requeriría que los productores de electricidad vendiesen energía libre de carbono. Los defensores de un CES han promocionado el plan como un enfoque de mercado, pero si realmente fuera de mercado, los productores no necesitarían el mandato. Confiarían en el precio y en la competitividad.
Mi colega David Kreutzer resume la versión del presidente de “todas las opciones” de manera más apropiada:
¿Qué política de energía es la mejor?
a. Subsidiar la energía solar, la energía eólica, los biocombustibles y las tecnologías energéticamente eficientes.
b. Un mandato para el consumo de energía solar, energía eólica, biocombustibles y tecnologías energéticamente eficientes.
c. Todas las opciones arriba mencionadas.
d. Permitir que los mercados produzcan petróleo, gas natural, carbón y otras fuentes de energía a precios asequibles.
Wayuu BagIngrese al Mercado Americano...Reach Out
Today's SCOTUS Decision Dooms Obama's Reelection
Yes, Obama and the Democrats are entitled to a bit of a victory lap today, after Chief Justice Roberts searched deeply within his political self and found a path to uphold ObamaCare. Sure, the individual mandate was unconstitutional on the two arguments made by the Obama Administration. But, on the argument they expressly didn't make--that the mandate was really a tax--the Court decided that Congress was well within its power to enact the provision. So, its still the law of the land. But, today's ruling will probably go down in history as the most effective GOP voter turnout operation ever. There is only one way to repeal ObamaCare and that is through the ballot box. It will happen.
During the debates over ObamaCare, the President and Democrats strained themselves to argue that the individual mandate wasn't a tax. Obama himself had campaigned on a promise to never raise taxes on any families earning less than $250,000 a year. Today, the Court called the mandate for what it is...a tax. In doing so, it acknowledged that, not only did Obama break his campaign promise, but he and his leftist allies have ushered in the largest tax hike in history. They will go with that record into the voting booth in November.From a nakedly partisan viewpoint, today's ruling is the best case scenario for the GOP. ObamaCare is still deeply unpopula,r and now the only way to undo it is to sweep Obama and dozens of Democrats out of office. The GOP base will speed up its rallying to Romney, because it is their only chance to repeal this monstrosity. Independents, who have been peppered with silly social issue memes from the media, will put all of that aside to ensure that ObamaCare is repealed.
Many of my colleagues are understandably upset with Chief Justice Roberts. But, he may have pulled off the ultimate Jedi Knight mind trick. He upheld the law by framing it as a tax, which runs counter to Obama's campaign promises. His opinion even provides a legal basis to restrain future federal power grabs. Moreover, he has ensured that the only way to appeal the law is to prevail, across the board, in November. That was ultimately always the case.
But that awareness was implied. Now it is explicit. We have to run the tables in November to have any hope of maintaining our liberty. There is great clarity in knowing the stakes of a fight. Thanks to today's ruling, we have that now.
Patriots around the country will now realize that there is no cavalry on the horizon. If we want to preserve our liberties, we will have to fight for it. Patriots and Independents now have a singular reason to show up at the polls in November. This focus will doom Obama's reelection campaign.
Today, I donated to a congressional candidate who is committed to repealing ObamaCare. What did you do?
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