lunes, 11 de febrero de 2013

Sacar a un Gobierno entrometido en nuestras vidas...mmh?

Sacar de nuestras vidas a un gobierno entrometido




La próxima vez que al pasar por caja le pregunten ¿“bolsa de papel o de plástico”?, piense en Abbie Schoenwetter, que pasó más de seis años de reclusión federal por transportar langostas en plástico en vez de en cartón.

No hay ninguna ley americana en contra de eso. Pero gracias a una vaga ley penal federal, excesivamente amplia y por lo demás injusta, el gobierno de Estados Unidos afirmó que se estaba defendiendo la legislación hondureña.

La empresa, la salud y la vida familiar (tiene esposa y tres hijos) de Abbie Schoenwetter quedaron destruidas por culpa de unos fiscales federales poco razonables que utilizaron una ley injusta para acusar a Abbie y a un pescador hondureño a quien Abbie compró el marisco.

Ya está libre por fin. Pero como explica, “Lo peor que alguien te puede hacer es quitarte tu libertad”.
De hecho, la finalidad de la Constitución de Estados Unidos es garantizar los derechos y libertades que se prometen en la Declaración de Independencia.



Y sin embargo, a día de hoy el gobierno federal ha adquirido un predominio casi incuestionable sobre prácticamente todos los aspectos de la vida de los americanos.

El alcance y calado de sus reglas implica que, cada vez más, el gobierno nacional regula una cantidad mayor de nuestras actividades básicas, desde cuánta agua hay en nuestros inodoros hasta qué tipo de focos podemos comprar. Este es un gobierno cada vez más ilimitado, antidemocrático y perjudicial para el autogobierno popular.

Es por ello por lo que los conservadores quieren restablecer los límites reales de un gobierno que está fuera de control.

Pero eso no ocurrirá de golpe ni a todos los niveles. Ni será el resultado de una decisión judicial, una orden presidencial o una legislación integral. Por eso, actuaremos de manera estratégica, definiendo y siguiendo un camino realista que reintroduzca de forma palpable los límites constitucionales, al hacer que el gobierno se centre en sus obligaciones principales, restituyendo su responsabilidad y su obligación democrática de rendir cuentas, así como corrigiendo sus peores excesos.

Un Estados Unidos de las Oportunidades, el nuevo plan de la Fundación Heritage que hemos estado dando a conocer durante toda la semana, incluye el volver a forjar el autogobierno constitucional. Entre algunas de sus sensatas medidas se incluyen:

· Los responsables políticos deberían ejecutar la ley, no simplemente elaborarla. Tanto el presidente como los jueces y los miembros del Congreso prestan juramento para defender la Constitución en el ejercicio de las responsabilidades de sus cargos. Eso significa que el presidente debería nombrar y el Senado debería utilizar su función de consejo y consentimiento para confirmar únicamente a los jueces fieles a la Constitución. Porque además, los jueces buscan cada vez más imponer a la nación sus propias preferencias políticas. Por ello, los candidatos y los cargos públicos deberían fomentar un sólido debate respecto a la importancia de la aprobación de jueces constitucionalistas.



· Revertir la explosión de leyes penales federales. El Congreso debe detener la sobrecriminalización desbocada y empezar a eliminar los delitos penales demasiado amplios y vagos que castigan a las personas que, sin intención delictiva, violan alguno de esos innumerables estatutos federales.

· Desmantelar el Estado administrativo. Las agencias administrativas y la vasta burocracia operan como un cuarto poder del gobierno no electo. El Congreso debería reafirmar su autoridad y responsabilizarse de todas las leyes y regulaciones que nos gobiernan.

· Forjar el respaldo a un gobierno limitado. Durante demasiado tiempo, el Congreso ha aprobado leyes gigantescas redactadas a puerta cerrada, repletas de referencias secretas cruzadas que la mayoría de los miembros del Congreso ni leen ni comprenden. Nuestros líderes políticos deberían legislar de forma clara y abierta. Ambas cámaras del Congreso deberían adoptar una norma que requiera hacer público el texto de cada proyecto de ley y de cada enmienda importante no menos de 72 horas antes de que se debata en el hemiciclo ese proyecto de ley o esa enmienda.

· Propugnar el federalismo. Trabajar con las asambleas estatales y los gobernadores, especialmente para ralentizar la implementación de Obamacare y en su lugar desarrollar unas soluciones para la atención médica que realmente funcionen.

                            

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