miércoles, 6 de febrero de 2013

Reduzcamos el Tamaño de la Burocracia y el Gobierno...nosotros mismos los mantenemos!

Luchando contra el clientelismo gubernamental con una agenda de oportunidad



¿Le gustaría recibir un aumento?

Por desgracia, en el caso de algunos trabajadores, el clientelismo impide que reciban aumentos en sus pagas. A principios de 2011, un supermercado Giant Eagle de Edinboro, Pensilvania, quiso dar aumentos y unos mayores salarios iniciales a 25 empleados. Pero un sindicato se lo impidió.

¿Pero por qué se opondría un sindicato a que los trabajadores recibieran unos sueldos más altos? Pues porque en este caso, los aumentos eran para los empleados “de menor jerarquía”. El sindicato acudió al servicio de arbitraje y obtuvo un dictamen para que Giant Eagle no pueda dar aumentos “sin obtener primero la conformidad de parte del sindicato”, así como una orden para revocar aquellos aumentos ya concedidos.

A día de hoy, algunos empleados de Edinboro están ganando menos de lo que su empleador les quiere pagar. Y todo debido al clientelismo existente en la economía americana.

Esta semana, en la Fundación Heritage estamos dando a conocer nuestra agenda de la oportunidad dirigida a los conservadores. Nuestro nuevo informe, Un Estados Unidos de las Oportunidades, defiende el punto de vista de que todos los trabajadores deberían ser iguales. Hoy examinamos cómo pasar de la burocracia clientelista a la libre empresa.

 

Sin embargo, las élites gobernantes de hoy en día tratan de utilizar el gobierno para microadministrar la economía, redistribuir la riqueza y compensar las desigualdades. Pero tales directrices acaban obstaculizando el crecimiento económico. Y lo que es peor, la expansión del tamaño y el alcance del gobierno, junto con su creciente clase de expertos que se supone que planifican y supervisan la regulación de la economía, llevan inevitablemente a un favoritismo administrativo, a desigualdades basadas en intereses particulares y a una indebida influencia política, además de a la corrupción clientelista que consiste en escoger a quién pierde y quién gana.

El crecimiento de la economía no proviene de ningún plan económico maestro administrado por el gobierno. Es el resultado de las decisiones y acciones de millones de personas que están trabajando, creando, gastando, intercambiando y siguiendo millones de caminos distintos gracias a la oportunidad individual. Las mejores normativas son aquellas que motivan el trabajo, el ahorro y la inversión, que expanden la economía y conducen a un mayor número de empleos y a mayores ganancias.
Para conseguir devolvernos al camino correcto, Un Estados Unidos de las Oportunidades expone planes detallados para:

· Poner freno a la burocracia descontrolada. Entre otras sensatas medidas se incluye el requerir la aprobación del Congreso para las nuevas regulaciones principales antes de que estas entren en vigor, imponiendo fechas límite a toda legislación reguladora de nueva aprobación y revisando las regulaciones existentes para eliminar las innecesarias o anticuadas.

· Habilitar un sector energético asequible para Estados Unidos. Para empezar, los responsables políticos deberían poner fin a todas las tarifas, subvenciones, mandatos, garantías de préstamo y créditos fiscales del sector energético; deberían impedir que el gobierno federal utilice la Ley del Aire Limpio y otros estatutos similares para regular las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero y debería frenar la guerra contra el carbón.

· Liberar a los trabajadores de Estados Unidos de unas anticuadas leyes laborales. La normativa federal debería promover programas que motiven a los beneficiarios del Seguro de Desempleo a volver al trabajo y permitir que los trabajadores decidan si quieren ser representados por un sindicato o no.

· Revisar la regulación financiera y eliminar las barreras a la inversión. El gobierno federal debe establecer un procedimiento de quiebra que permita que incluso las mayores instituciones financieras caigan sin arrastrar al sistema financiero ni pasar la factura a los contribuyentes. También debería eliminar Fannie Mae y Freddie Mac de forma gradual y sustituirlos por un auténtico sistema de financiación de hipotecas perteneciente al sector privado.


· Proteger el medio ambiente mediante una administración responsable. El Congreso debería supervisar a los reguladores al requerir la aprobación legislativa antes de que entren en vigor las regulaciones más importantes, tanto a nivel estatal como federal. También debería garantizar que los costos de las regulaciones ambientales no sobrepasan a los beneficios.

· Reformar los impuestos para espolear el crecimiento económico y crear empleos. No más subidas de impuestos. En su lugar, los legisladores deberían mejorar el clima empresarial mediante la reducción del tipo impositivo corporativo y dejando de gravar a las pequeñas empresas como si fueran personas.

· Recortar el gasto, saldar la deuda y reformar los derechos a beneficios. El gasto de Medicare y el Seguro Social funciona de forma automática. Un modo de ponerlos bajo control sería incluirlos en el presupuesto, obligando así a los legisladores a tener que votarlos cada año. El Congreso debería también recortar el gasto e imponer límites al mismo, así como volver a aprobar un presupuesto cada año.

Esta es la oportunidad de Estados Unidos es el momento de eliminar los obstáculos arbitrarios que traban los mercados económicos, derribar las estructuras artificiales que impiden la competencia, mantener bajos los tipos impositivos y reducir el excesivo gasto público. Estas medidas llevarán el crecimiento económico y la prosperidad a todos los americanos.

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