sábado, 22 de junio de 2013

Time for "Unfettered Path" to citizenship?...Obama is no Reagan...China en serios problemas económicos!!!

Biden: Time for 'Unfettered Path' to Citizenship


On Thursday, Vice President Joe Biden told a predominantly Latino crowd that now is the time for a “fair, and firm and unfettered path for 11 million people” to become citizens. Biden was addressing the national convention for the League of United Latin American Citizens in Las Vegas. His remarks came as negotiators finalized a deal to move immigration legalization through the Senate. 

The "Gang of 8" Senate bill legalizes the 11-12 million illegal immigrants in the country six months after becoming law. It establishes separate tracks for the newly legalized immigrants to become citizens. The fastest track would provide citizenship in five years. These paths to citizenship would continue, even if the current or a future Administration fails to secure the border or enforce immigration law.

In other words, the Senate bill establishes an "unfettered" path to citizenship. There are certain requirements the recently illegal immigrants have to meet, but each of these can be waived by the Administration. Even a convicted member of a criminal gang can stay on the path to citizenship, as long as they promise no longer to be a member of a gang.

Republicans in the Senate are currently negotiating to back-fill more border security into the Senate legislation. The agreement will likely provide a lot more funding for the border, including a doubling of the number of agents. The deal will check a lot of boxes, but with no assurances that the measures will be taken or be successful.

Like the immigration deal in 1986, the Senate bill provides certain legalization with a promise of future security and enforcement. In the Senate, it is indeed the time for Biden's "unfettered path" to citizenship. 

 

Obama en Berlín: No fue Ronald Reagan

Obama en Berlin 2013

El discurso del 19 de junio del presidente Obama en la Puerta de Brandeburgo de Berlín invita de forma inevitable a compararlo con el discurso ofrecido por el presidente Ronald Reagan el 12 de junio de 1987. Seguramente, ninguno de los avezados publicistas de esta Casa Blanca pudo pasar por alto ese detalle.
El telón de fondo con el famoso monumento, el tema del discurso, las ovaciones de la multitud de berlineses, todo estaba hecho a medida para forjar el legado presidencial. Aunque hay que decir que, por más que los alemanes adoren a Obama, el fondo de su discurso no alcanzó ni de lejos la seriedad y la espectacularidad de la famosa frase de Reagan: “Sr. Gorbachov, ¡derribe este muro!”

Cuando Reagan se presentó en Berlín hace 26 años, la ciudad era una isla de libertad en un océano de opresión comunista. Con calma y firmeza, Reagan exigió que el líder soviético permitiera al pueblo de Berlín y de toda Alemania elegir su propio destino, su propio liderazgo político.

Que un presidente americano hiciese una petición tan importante y directa era algo insólito en esos tiempos, demasiado conflictivo para una diplomacia que había operado bajo la política de contención y de adaptación con la Unión Soviética durante décadas. Cuando en 1989 el Muro realmente cayó y los berlineses orientales corrieron eufóricos hacia el oeste, en gran medida se debió al rechazo de Reagan a aceptar la opresión como inevitable.

En su discurso, el presidente Obama aludió ligeramente (demasiado ligeramente) a los presidentes Reagan y Kennedy – este último dio en ese mismo lugar su famoso discurso Ich bin ein Berliner (Soy un berlinés) en 1963. Afirmando que “No soy el primer presidente americano que llega a esta Puerta”, Obama proclamó: “Estoy orgulloso de estar en el lado oriental para rendir homenaje al pasado”. Bueno, sí…¿y? Obama no podría haber estado (literalmente) donde estuvo anteayer si sus predecesores no se hubieran opuesto al gobierno comunista de la Alemania del Este.

El discurso de Reagan fue un homenaje concreto por el milagro económico de la Alemania Occidental de la posguerra y por el deseo de libertad política que ayudó a los alemanes occidentales a superar el legado de la Alemania nazi y la amenaza comunista del Este. El discurso contenía además la promesa de que los alemanes orientales también serían capaces de lograrlo dentro de una Alemania unida.

Por el contrario, el presidente Obama utilizó sólo el primer tercio de su discurso para hablar sobre Alemania, cubriendo miles de años de desarrollo, cultura y filosofía en una especie de versión reducida de la historia. En su apurado recorrido de la historia, el presidente si alabó el Puente Aéreo de Berlín y el famoso “bombardeo con caramelos” de Gail Halvorson, que estaba en el estrado junto a Obama (mejor tarde que nunca, se puede pensar porque cuando los veteranos del Puente Aéreo celebraron el 60º aniversario en 2009 en Berlín , nadie de la Casa Blanca estuvo ni siquiera remotamente interesado en participar. Finalmente convencieron al vicepresidente Biden para dirigirse a los héroes del Puente Aéreo por video).
El resto del discurso de Obama fue básicamente el típico discurso de campaña del presidente, que fue desde el calentamiento global a la reducción conjunta de armas con los rusos, pasando por el cierre de Guantánamo. Se debería indicar que estos no son los temas que ayudarán a reforzar la causa de la libertad, sino más bien al contrario.


El dilema financiero de China: Acostúmbrense a ello



Yuan

Los medios de comunicación financieros están descubriendo que la China se ha atrapado a sí misma en una perjudicial política monetaria, uniéndose así a la larga lista de países en esa misma situación. Lo siguiente es que los medios de comunicación deberían comprender que la China no se enfrenta a una crisis sino a un problema a largo plazo para deshacer los efectos de malas decisiones tomadas a lo largo de varios años.
La República Popular China (RPC) sufre claramente de una política de crédito demasiado expansiva. Eso reduce el impacto de una liquidez adicional, algo parecido a arrojar baldes de agua a un lago y esperar que se produzca una inundación. Pekín construyó su propia trampa con su enloquecida política de préstamos de 2009, que fue erróneamente alabada por muchos analistas. La amplitud del problema ha sido evidente desde hace algún tiempo.

Y ahora la trampa se ha cerrado. Los miles de proyectos iniciados entre 2009 y 2010 exigen una financiación continua. Y lo mismo sucede con cientos de empresas que deberían haber quebrado. Ante este sobreendeudamiento, el gobierno está dudando y no sabe si aplicar más flexibilización cuantitativa a gran escala, pero pequeñas inyecciones de dinero ya no tendrán efecto. Y una de sus consecuencias es una crisis de liquidez a corto plazo.

Hace falta tomar malas decisiones normativas durante años para alardear de un exceso de crédito y a la vez no tener suficiente liquidez. Aparte de los híperestímulos keynesianos de 2009, Pekín se ha negado a abrir la cuenta de capital, por tanto el dinero no puede entrar ni salir libremente de la China. Esto crea un muro de tal envergadura que la China acumula montañas de activos extranjeros prácticamente inútiles al tiempo que estallan los pasivos domésticos.

Ahora el gobierno va por ahí insistiendo en que se compromete a abrir la cuenta de capital, pero ese proceso deberá ocurrir a lo largo de la década. También podría llevar todo ese tiempo para que el Banco del Pueblo reduzca el crédito doméstico a niveles sensatos.

Por tanto, los observadores de los asuntos chinos se tendrán que acostumbrar a ver importantes problemas financieros surgiendo periódicamente pero de forma regular durante, aproximadamente, los próximos cinco años. Cuando estalló la crisis financiera, incluso los observadores más expertos parecían estar impresionados con la capacidad sin par de la China para movilizar recursos. Pero, ultimadamente, siempre se cosecha lo que se siembra.


 

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